1. Mantienen la forma original

Las hormas evitan que el material del tenis (piel, gamuza, lona, etc.) se deforme con el uso o el almacenamiento.

Cuando los tenis se guardan sin hormas, tienden a doblarse en la parte del empeine o el talón, creando arrugas permanentes.

2. Previenen la humedad y malos olores

Las hormas de madera de cedro o con materiales absorbentes ayudan a eliminar la humedad que queda después del uso.

Esto evita la proliferación de hongos, bacterias y malos olores dentro del calzado.

3. Facilitan el proceso de limpieza

Cuando los tenis tienen una horma puesta, el material queda tenso, lo que facilita el cepillado y la aplicación uniforme de productos de limpieza o cuidado